domingo, 15 de febrero de 2009

El misterioso mundo de los think tanks

Empezaron en Estados Unidos y pronto se trasladaron a Francia, donde los bautizaron como "reserva de pensamiento". Pretenden sentar juntos a políticos, intelectuales, científicos, expertos, empresarios y representantes del sector objeto de estudio.

Son importantes actores que influyen en el diseño de las políticas públicas, como sostiene este estudio del profesor Xavier Carpentier-Tanguy. Sin embargo no está tan claro que sus conclusiones sean necesariamente las mejores para los ciudadanos, ni que estén libres de intereses partidistas, ideológicos o empresariales.

La revista Foreign Policy ha hecho un repaso de todos los think tanks estadounidenses. Unos son independientes y otros vinculados a empresas o a algún partido político (cuando no ambas cosas a la vez). No sé cuál será el criterio... pero según esta publicación, ente los 50 más importantes fuera de EEUU, en el puesto 44 está FAES, y en el 50 el Real Instituto Elcano. Estamos muy por detrás de cualquier país europeo, e incluso que China o Suráfrica...

Existe un catálogo muy interesante sobre los think tanks españoles elaborado por Marta Tello, responsable de Comunicación de la Fundación Ciudadanía y Valores. (Funciva). Explica, entre otras cosas que en España el primer think tank fue la Fundación Pablo Iglesias (1926).

En teoría, un think tank no es un lobby, porque el primero intenta generar pensamiento y reflexión, mientras que el segundo busca defender un grupo de interés, generalmente vinculado a una industria o empresa. "El lobby tiene intereses concretos que van más allá del beneficio de la sociedad, ya que se mueven para conseguir unos intereses personales o empresariales", sostiene Marta Tello.

Sin embargo... la línea es difusa: quien paga define el campo de estudio y análisis, e inevitablemente influye en las conclusiones y las recetas. El catálogo de Funciva es muy completo y explica quién está detrás de cada uno en España, donde los think tanks han asumido diversas formas de entidad jurídica (instituto, fundación, asociación), y pueden clasificarse en estos tipos:
  • Afiliados a un partido político
  • Dependientes del Gobierno
  • Cuasi gubernamentales: fundados exclusivamente con fondos del gobierno y contratos, sin ser parte de la estructural formal del Gobierno
  • Autónomos e independientes de cualquier grupo de interés o donante
  • Independientes del Gobierno pero controlados por un grupo de interés, un donante o una agencia de contratación que provee la mayor parte de los fondos
  • Universitarios

viernes, 6 de febrero de 2009

Los periodistas belgas se revuelven

Los profesionales y teóricos de la prensa belga están enfrentados entre sí, o mejor dicho, están enfrentados con los gerentes de los principales diarios francófonos: Le Soir y la Libre Belgique. Como sucede en casi todos los países, las redacciones belgas están encogiendo para hacer frente a la crisis: periodistas más jóvenes, con peores salarios y temas más light, más vendibles... Que cada uno lo llame como quiera.

Siete expertos en periodismo, entre profesores de universidad y veteranos redactores despedidos del semanario Vif/L'Express a mediados de enero, firmaron una carta en la que alertaban del deterioro en la calidad de la información y la precariedad que parece haberse asentado como una condición inevitable del trabajo de periodista. Los dos diarios se negaron a publicar la carta.

Dirán quienes se dediquen a otras profesiones que en todas partes cuecen habas, y que no sólo los periodistas sufren esta crisis. Es cierto, pero en el caso de los periodistas esta polémica tiene algunos ingredientes especiales: que la crisis del periodismo al uso viene ya de hace años, y ahora sólo se ve agravada por la crisis financiera y económica global; que la información útil y precisa es fundamental para la salud de una democracia participativa (y eso defienden los firmantes del documento)... y por último, cómo deben informar los periodistas sobre los problemas de su gremio sin caer en un corporativismo fácil.

La Libre Belgique optó por publicar el documento porque los firmantes la colgaron en internet, denunciando la censura de la prensa escrita. Le Soir, que mantuvo su argumentación sobre las razones que le llevaron a no publicar el documento -por inconsistente y corporativista, sin considerar los problemas reales a los que se enfrentan las empresas de comunicación-, salvó la cara publicando una página sobre esta polémica, hablando con los protagonistas, y remitiendo a sus lectores a la página web donde se puede leer la carta.

La polémica sigue en los blogs de periodistas belgas.