miércoles, 16 de septiembre de 2009

20 años no es nada... pero cómo ha cambiado Europa



Muy satisfecho tiene que estar Enrique Barón -que fue presidente del Parlamento Europeo- por la concesión del premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la ciudad de Berlín en el 20 aniversario de la caída del muro. El ya ex eurodiputado ha batallado por este premio, sabiendo lo que ha significado el telón de acero para la historia de Europa.

El primero en usar ese término fue Winston Churchill, antes de pronunciar su famoso discurso sobre los "Estados Unidos de Europa" y de que se pusiera en marcha el proyecto de las comunidades europeas. Pero ya entonces Schuman y Monnet soñaban con la reunificación de un continente que acababa de resquebrajarse.

Si vivieran hoy, les encantaría el nuevo presidente del Parlamento, Jerzy Buzek, el primer presidente de un país de la familia del Este. Profesor de ingeniería y activista del sindicato Solidaridad, Buzek ha vivido lo peor y lo mejor de esta Unión Europea que ya no recuerda por qué nació.

Este polaco protestante, nacido en la región metalúrgica de Silesia, regaló al anterior presidente del Parlamento, el alemán Hans-Gert Poettering, una escultura de Santa Bárbara, patrona de los mineros polacos, como símbolo de la reconciliación de los dos países, (coincidiendo con el aniversario de la invasión nazi de Polonia). Una escultura, además, parecida a la que los mineros de Lorena regalaron a Robert Schuman en agradecimiento por su aportación a la paz y a la prosperidad de esta región rica en recursos naturales que tantas guerras originó entre Francia y Alemania.

En su discurso inaugural, Buzek apeló a la solidaridad del día a día, de los hechos concretos, que propugnaban Schuman y Monnet. Advirtió a la Eurocámara que hay que actualizar el proyecto, porque existen nuevos riesgos que podrían enfrentarnos, como es la escasez de recursos energéticos y sobre todo el agua.

Pero como la atención del último pleno en Estrasburgo se la han llevado las broncas por la reelección de Barroso al frente de la Comisión, algunos se perdieron las históricas palabras de Buzek: "Mi elección es un símbolo del sueño de unidad de nuestro continente".