lunes, 8 de junio de 2009

Aunque a trompicones... Europa avanza



La mayor abstención de la historia, una campaña basada en la política nacional... Los titulares de hoy parecen calcados de los de hace cinco años, cuando se celebraron las últimas elecciones europeas. Y aunque todas esas críticas son ciertas, no deja de alegrarme ver que, a pesar de los pesares, Europa avanza...

Avanza cuando los ciudadanos de los 27 conocemos los resultados a la vez, porque junto a la lectura en clave nacional de las victorias y derrotas, los europeos vemos el paisaje más amplio: la victoria y la derrota de los grupos políticos europeos, más allá de pertenencias nacionales. Avanza cuando el PSE presenta un manifiesto conjunto en todos los países. Avanza porque cada vez más nos sentimos vinculados unos a otros, y somos más conscientes de que nuestro futuro depende de las mayorías y minorías en "Europa" (Consejo y Parlamento), y no sólo del reparto de escaños en el Congreso nacional.

También avanza cuando discutimos y nos peleamos sobre la figura del próximo presidente de la Comisión, y cuando desde Irlanda a Bulgaria los ciudadanos perciben que la UE debería hacer más por ayudarnos a salir de la crisis.

Europa no se hará en un día, y queda aún mucho camino por recorrer. Ayudarían las listas abiertas, las candidaturas verdaderamente europeas -y no nacionales-, y unos líderes que comprendieran mejor el método y el espíritu comunitario. Y como no hay mal que por bien no venga, quizás con el ascenso de la ultra-derecha y los euroescépticos, los democristianos y los socialdemócratas volverán a trabajar juntos -sin tirarse los trastos a la cabeza- como hicieron De Gasperi, Schuman, Adenauer y Spaak, para sacar adelante este proyecto de paz y de prosperidad.