martes, 10 de marzo de 2009

Hillary Clinton en el Parlamento Europeo

Regina, Ioanna y yo nos colamos entre los jóvenes que charlaron el pasado viernes con Hillary Clinton en una de las salas de la Eurocámara. Queríamos hablarle de nuestro proyecto del British Council, el TN2020, como una iniciativa concreta para fomentar el diálogo entre las dos orillas del Atlántico.

Regina O'Connor, una de las participantes de Irlanda en TN2020, presentó la organización y le preguntó a la secretaria de Estado norteamericana si la estructura interna de la Unión Europea le parecía demasiado complicada. Clinton dio una respuesta diplomática pero certera: las democracias no pueden perderse en los procesos de decisión y perder eficacia en la gestión. Por supuesto, el presidente del Parlamento, Hans-Gert Poettering aprovechó para pedir a los irlandeses un sí claro al Tratado de Lisboa, imprescindible para la toma de decisiones en una Europa de 27.

Personalmente me gustó Hillary; se ve que ha estudiado y conoce muy bien este "milagro" de paz, como ella misma calificó la integración europea. Un milagro labrado con esfuerzo, trabajo y audacia por unos clarividentes políticos hace ya 60 años.

Otros han sido más críticos con la secretaria de Estado, como el semanario The Economist. Cada uno que juzgue lo que le parece... Aquí está el vídeo completo de su intervención y sus respuestas a los "jóvenes" (hasta 35 años) que tuvimos la oportunidad de verla y de preguntar con total libertad.

2 comentarios:

Arancha Mareca dijo...

Interesante el artículo del Economist, sobre todo las réplicas.

Sigue contándonos cosas, de lo que se entera uno aquí...

Lía Viguria dijo...

Esta entrada es "vieja". Pero me resistía a expresar mi criticismo.
De ahí mi tarda reacción.
Quizá lo puedas definir irracional: pero cierta inteligencia emocional sí que hay. Alguien auténtico causa respeto y admiración. Pero además abre la puerta a la confianza. Pues Hilary no me inspira confianza. Reconozco que sí debo abstenerme de juzgarla de falsa o inauténtica. Al fin y alcabo sólo la conozco por los media. Con todo, el apellido Clinton que ella usa (para mí un misterio, salvo que haya razones utilitaristas) me hace pensar en mucho dólar por ahí. Si el propietario de tal apellido cobra sumas astronómicas por conferencia... Es cierto, tampoco quiero ser aguafiestas, pero no me cuadran estas cifras, compañías, eventos... con la superpareja demócrata. Lo siento. Por eso me cuesta dar fe a las palabras de esta popular ex-primera dama de los EEUU y quasi inquilina de la sala oval que ocupó su señor marido.
Sí me encantaría charlar un rato con ella y que me saque de dudas o falsos prejuicios. LIA